Por: Felipe Ponce
Introducción
En una de las primeras clases de esta maestría al comenzar a estudiar la ética, proponía al grupo de manera entusiasta; construir una, o generar un valor para poner en práctica nuestros conocimientos.
Con el tiempo comprendí que no era el momento oportuno.
Cuando llegamos a Hegel y estudiamos su “Filosofía del Espíritu” y posteriormente a Nietzsche con “La Genealogía de la Moral”, al parecer todo había acabado, es decir, la filosofía moderna había terminado su trabajo, todo había quedado dicho. La visión moderna amparada en la mejor construcción de la razón de Kant, nítidamente cristalizada por el espíritu de Hegel, y su destrucción total realizada por Nietzche, se habría consumado; y por esa vía la historia moderna había terminado. La filosofía así entendida, habría perdido un espacio protagónico que hasta ese momento se había ganado, a base de un trabajo pulcramente realizado.
En un escenario así, es indispensable preguntarse en términos actuales: ¿Cuál es el papel de la filosofía?
La historicidad nos plantea un juego, o una dinámica constante de superación. Un momento histórico es superado por otro; y las certezas alcanzadas en un momento de iluminación, pasan a ser parte de una cultura cotidiana cuando ese momento de superación ha sido alcanzado y asimilado. En esta forma se genera el “devenir” de la historia.
La época de la historia de la filosofía a la que me referido anteriormente, al parecer cumplió su tarea. Le puso al hombre frente a sí mismo absolutamente indefenso. Sin posibilidad ya, de recurrir a un dios Dios, a un dios hombre, a un dios yo o a un dios ciencia; para responder sus preguntas. Las respuestas que de ellos se podía esperar ya se habían alcanzado.
¿Cuál es la próxima etapa de superación? En otras palabras ¿qué nos queda por hacer?
Este espacio vacío, según Rorty, es ocupado actualmente por los utopistas políticos y por los artistas innovadores. Tema que hizo parte del estudio.
¿Es posible plantear una ética que sea actual y permanente?
El ensayo que se presenta es una respuesta a esta pregunta y se realiza en el contexto académico dentro del cual se desarrolla esta maestría.
La proposición de un ensayo ético, con un horizonte de futuro y de aproximaciones distintas, busca encontrar nuevas posibilidades y pretende por lo mismo hacer filosofía.
Me gusta el hecho de que esta monografía permita la más amplia crítica y por lo tanto que sea compartida, especialmente con quienes estamos trabajando en este curso.
Cuando la referida ética sea criticada por el grupo de estudio, creo que me sentiré realizado. Habré logrado lo que en términos hegelianos sería caminar desde el pensamiento subjetivo a la construcción del objeto y entonces realizarme en el reconocimiento de los demás de que ese objeto me pertenece.
Quiero evitar en lo posible citas y referencias, pero es obvio que el trabajo que se presenta, surge de un espacio de estudio en un tiempo determinado; dentro del cual las mejores impresiones las he recibido de los análisis que en nuestro grupo hemos realizado, sobre las lecturas de Platón, Hegel, Nietzche y Rorty.
Los diálogos sobre las virtudes de la filosofía de Platón, El devenir del espíritu, de Hegel; el hombre creándose a si mismo, de Nietzche; y la visión de un mundo actual confuso e invertebrado de Rorty; son, de alguna manera, la inspiración de este trabajo.
De la Forma y la Estructura
El trabajo parte de un Principio Fundamental cuya demostración se realiza en base a textos, que reflejan de manera sintética, el pensamiento de algunos filósofos que hicieron parte de este primer módulo de la maestría
Luego de la demostración del Principio Fundamental, este ensayo se concreta en: un Escolio, tres Proposiciones, el Derecho y 2 Corolarios que completan la estructura de la obra.
En su forma, el ensayo recoge por una parte, el método de Spinoza y por otra el de Hegel.
Todo esto se verá de manera clara en el desarrollo del mismo.
Principio Fundamental
Entiendo como trascendencia humana, la profunda necesidad del hombre como individuo y especie de permanecer en el tiempo. Al concepto de trascendencia humana se opone el concepto de aniquilación humana.
Demostración desde la Historia de la Ética
La demostración del principio fundamental a través de los de autores referidos a continuación, no busca polemizar con sus posiciones, en otras palabras adherirse o rechazar las mismas; sino simplemente descubrir la relación fundamental que en el desarrollo filosófico de cada uno de ellos tenía el tema de la trascendencia humana, y por lo tanto afirmarla.
Desde Platón
En Protágoras de Platón encontramos la siguiente respuesta (a manera de cuento) de Protágoras a Sócrates que en la parte pertinente dice:….. “Una vez que el hombre tuvo parte de lo divino, en primer lugar, debido al parentesco con la divinidad, fue el único de los animales que reconocía a los dioses, y emprendió la construcción de altares y estatuas de los dioses…. (continúa la narración) Al construir ciudades buscaban agruparse y ponerse a salvo, aunque cuando estaban reunidos se agraviaban los unos a los otros, dado que no poseían el arte político, de modo que se volvían a dispersar y perecían. Por tanto Zeus que temió que nuestro genero se extinguiese por completo, mandó a llamar a Hermes que llevará a los hombres la verdad y la justicia para que sirvieran de ordenadores de las ciudades y también de vínculos de amistad.”1
La verdad y la justicia enviada a los hombres por Zeus a través de Hermes buscan evitar la extinción humana, la misma que se opone al “Principio Fundamental” antes enunciado.
Desde Aristóteles
Durante todo el desarrollo de la obra Ética a Nicómaco2, de Aristóteles, podemos encontrar que en las referencias que él hace del hombre se dirige a un ser que trasciende al tiempo finito, es más, Aristóteles habla de una humanidad.
Las mismas virtudes, son tales, por su carácter permanente, no se encuentran determinadas para un momento o para una generación. Esto es evidente por el sólo hecho de que nosotros estudiantes de una maestría, en el año 2007, incluimos a la filosofía de Aristóteles en nuestros estudios.
Por otro lado encontramos en el capítulo 13 del libro primero de la obra referida, el siguiente párrafo sobre la felicidad que dice:
“Aceptando que la felicidad es una actividad del alma conforme a la virtud perfecta, debemos tratar ahora de la virtud, pues quizás así nos resulte más claro todo lo referente a la felicidad.
Es creencia común que el hombre auténticamente político se ocupa de ella por encima de todo, al ser su deseo hacer de los hombres buenos ciudadanos y cumplidores de las leyes. Un ejemplo de esto lo tenemos en los legisladores cretenses y lacedemonios y en los demás semejantes que han existido. Y si una investigación de esta índole pertenece a la política, es evidente que esta indagación estará de acuerdo con nuestro planteamiento inicial.
Nuestro planteamiento acerca de la virtud evidentemente debe centrarse en la virtud humana, pues lo que nosotros propusimos investigar era el bien humano y la felicidad humana”. (El párrafo continua)
En el texto citado, encontramos la necesidad del hombre auténticamente político de ocuparse por la felicidad de los ciudadanos. Encontramos también la necesidad de centrarse en la felicidad humana.
En el desarrollo de la Ética de la Trascendencia Humana vamos a ver la fuerte relación que existe entra ésta y la el pensamiento de Aristóteles al cual me he referido.
Desde Spinoza
En la tercera parte del libro “Ética demostrada según el orden geométrico3” de Baruj Spinoza, sobre La Naturaleza y Origen de los Afectos la proposición 6 dice:
“Cada cosa, en cuanto a está en ella, se esfuerza por perseverar en su ser.”
En la parte cuarta del mismo libro, referente e a La Esclavitud Humana; la proposición 28 dice lo siguiente:
“El supremo bien del alma es el conocimiento de Dios, y la suprema virtud del alma es conocer a Dios”.
Por otro lado en la primera parte: “De Dios” en el mismo libro de Spinoza, encontramos la siguiente definición de Dios:
“Por Dios entiendo el ser absolutamente infinito que es en sí, y se concibe por sí”, es decir, la sustancia que consta de infinitos atributos, cada una de los cuales expresa su esencia eterna e infinita”.
Y por último la proposición 19 del la referida parte del mismo libro dice:
“Dios o sea todos los atributos de Dios son eternos”
La perseverancia en el ser de las cosas por un lado y eternidad de Dios y sus atributos están relacionados con el principio de la Trascendencia Humana.
Desde Kant
“Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuando con más frecuencia se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral que habita en mi interior”
En la primera parte del libro segundo de “La Crítica de la Razón Práctica”4 de Immanuel Kant y en la parte referente a: “La Inmortalidad del Alma como postulado de la Razón Pura Práctica”, encontramos el siguiente párrafo:
“La realización del soberano bien en el mundo es el objetivo de una voluntad que pueda ser determinada por la ley moral. Pero la perfecta conformidad de las intenciones de la voluntad a la ley moral es la condición suprema del soberano bien. Debe, pues, ser posible lo mismo que su objeto, puesto que está contenida en el orden mismo que prescribe realizarla. Ahora bien, la perfecta conformidad de la voluntad a la ley moral, o la santidad, es una perfección de la que no es capaz ningún ser racional en el mundo sensible, en momento alguno de su existencia. Y, puesto que no es en él menos exigida como prácticamente necesaria, es preciso, pues, buscarla en un progreso indefinidamente continuo hacia esa perfecta conformidad; y, según los principios de la razón pura práctica, es necesario admitir ese progreso práctico como el objeto real de nuestra voluntad”.
Esta necesidad que Kant refiere, de buscar el progreso indefinidamente continuo como objeto real de nuestra voluntad, afirma el principio de la Trascendencia Humana que en este ensayó se plantea.
Desde Hegel
En la “Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas”5 de Hegel, dentro de la tercera parte: “Filosofía del Espíritu”, vale la pena tomar los numerales 381, 382, 383 y 384(parte); que dicen lo siguiente:
381) “El espíritu tiene para nosotros como presuposición propia, la Naturaleza, de la cuales la verdad, y, por tanto, el primer absoluto. En esta verdad la Naturaleza ha desaparecido, y el espíritu resulta como la idea que ha llegado a ser por sí, cuyo objeto y sujeto a la vez es el concepto. Esta identidad es negatividad absoluta, porque en la Naturaleza el concepto tiene su perfecta objetividad exterior; pero ahora ha superado ésta su exterioridad, y es en ella devenido idéntico con sí. El concepto de dicha identidad sólo en cuanto es retorno en sí de la Naturaleza”
382) “La esencia del espíritu es, por consiguiente, formalmente, la libertad, la negatividad absoluta, del concepto como unidad con sí. Según esta determinación formal, el espíritu puede abstraer de toda cosa exterior, y hasta de su propia exterioridad, de su existencia: puede soportar la negación de su inmediatividad individual, el dolor infinito; esto es, puede mantenerse afirmativo en esta negatividad, y ser idéntico por sí. Esta posibilidad es su universalidad abstracta y por sí, en sí.
383) “Esta universalidad es también su ser determinado. En cuanto es por sí, lo universal se particulariza, y permanece en esta identidad con sí. La determinación del espíritu no es una determinación o contenido cualquiera, cuya extrinsecación y exterioridad sería solo forma distinta; el espíritu no sólo manifiesta alguna cosa, sino su determinación y contenido de esta revelación misma. La posibilidad del espíritu es, por consiguiente, inmediatamente realidad infinita y absoluta.
384)”……………Lo absoluto es el espíritu: ésta es la más alta definición de lo absoluto. Encontrar su definición y comprender su significado y su contenido, tal se puede decir a sido la tendencia absoluta de toda cultura y de toda filosofía,…..”
Con los numerales citados y especialmente con el párrafo pertinente del numeral 384 creo que Hegel define con toda claridad el quehacer filosófico que en este ensayo se define
como Ética de la Trascendencia.
Desde Nietzsche
Veamos si en la orilla contraria, donde se transmutan todos los valores, encontramos algo que pueda soportar la Ética de la Trascendencia. Una primera aproximación controversial encontraremos en el primer párrafo, del primer numeral de la tercera parte del libro “La Genealogía de la Moral”6: “¿Cuál es el sentido de todo ideal ascético? Y en el primer párrafo del último numeral (28) de la misma parte del libro; en los cuales se dice lo siguiente:
1) “¿Cuál es el sentido de todo ideal ascético?... Para los artistas, ninguna o demasiadas cosas distintas; para los filósofos y los sabios, algo parecido a un olfato y a un instinto que permite captar las condiciones más favorables de su espiritualidad elevada; para las mujeres, los ideales ascéticos significan, en el mejor de los casos, un elemento seductor más de su encanto, un algo mórbido en su carne hermosa, el carácter angélico de un bello animal un tanto grueso; para personas fisiológicamente desfavorecidas y alteradas (como son la mayor parte de los mortales), un tratar de ver que son demasiado buenas para este mundo, una forma sagrada de desenfreno, aquello a lo que se acogen preferentemente en su lucha contra el dolor lento y contra el aburrimiento; para los sacerdotes, la verdadera fe de éstos, su mejor instrumento de poder y la justificación suprema del mismo; por último para los santos, un pretexto para su letargo invernal, su ansia novísima de gloria, su reposos en esa nada a la que llaman Dios, su locura característica. Ahora bien, el hecho de que el ideal ascético haya significado tantas cosas para el hombre muestra la cualidad básica de la voluntad humana, su horror al vacío; manifiesta que dicha voluntad precisa de un objetivo y que prefiere querer la nada a no querer. ¿Se me ha entendido? ¿Se comprende lo que quiero decir? “¡Ni una palabra, señor mío!”Empecemos entonces por el principio.”
28) “Si dejamos de lado el ideal ascético, constataremos que el animal llamado hombre no ha tenido hasta hoy sentido alguno. Su existencia en la tierra no ha tenido ningún objetivo. La pregunta por el para qué del hombre ha carecido de respuesta; faltaba la voluntad de hombre y de tierra. En vano era el estribillo que sonaba cada vez más fuerte detrás de todo destino humano. Por lo que significa el ideal ascético no es sino que al hombre le faltaba algo, que estaba rodeado por un vacío inmenso, que éste no sabía justificarse, explicarse ni autoafirmarse, que el problema de su sentido le hacía padecer. También sufría por otras causas; ante todo era un animal enfermizo pero su problema no era el dolor en sí, sino la falta de
respuesta que se formulaba a gritos: ¿por qué sufrir? El hombre que es el animal más valiente y más habituado a sufrir, no niega el dolor en sí; incluso lo quiere y lo persigue, siempre y cuando se le muestre que éste tiene un sentido, una finalidad”.
Hay dos elementos claves en los párrafos anteriormente citados: el referente al: “en vano era el estribillo que sonaba cada vez más fuerte detrás de todo destino humano” y el referente al horror al vacío, como cualidad básica de la voluntad humana, los mismos que en el contexto de esta ética; sería causa del anhelo de ésta trascendencia. Este punto es controversial puesto que según Nietzsche, los hombres al morir buscaríamos consuelo en ser esa especie peculiar de animal mortal que al describirse a si mismo en sus propios términos, se crearía a si mismo.
La idea de la trascendencia desde Nietzsche, es en el mejor de los casos controversial.
Escolio
Esta trascendencia se adecua a la historia, se sitúa en el tiempo y se proyecta en el tiempo, no establece ninguna relación con un tipo de Trascendencia Metafísica, sobre la cual no se pronuncia.
Las Proposiciones
Basada en el principio fundamental antes demostrado esta ética se estructura en las siguientes tres proposiciones: La naturaleza de los Actos, Los tres niveles de Trascendencia y la Libertad.
De la naturaleza de los actos
Es bueno todo lo que potencie la trascendencia humana y es malo todo lo que potencie la aniquilación humana.
Los Tres Niveles de Trascendencia
Existen tres niveles de trascendencia que funcionan de la misma manera que el derecho de Hegel. Estos niveles son: subjetiva, objetiva y absoluta.
La Trascendencia Subjetiva
En este nivel la trascendencia se vincula con el Ser Individual finito, que desea trascender y cuenta en sí mismo con toda la potencia para provocar su trascendencia; la misma que se realiza de manera eficiente a través de sus grupos y su pueblo.
La Trascendencia Objetiva
El nivel de Trascendencia de los Pueblos conformados por grupos de individuos es eficiente. Pues trasciende por propia definición (de pueblo) a la finitud del ser individual. El pueblo permanece en el tiempo, sin embargo su tiempo de trascendencia esta relacionado con la trascendencia humana.
La Trascendencia Absoluta
La Trascendencia Humana, realiza en sí mismo, la trascendencia de todos los pueblos y sus respectivos grupos e individuos. Es por eso absoluta.
Entiende que mientras exista uno o varios ambientes favorables a la vida humana, ésta llegará al más alto grado de trascendencia: .La Trascendencia Absoluta
La Libertad
El ejercicio de la libertad nace en el individuo de manera subjetiva; y se realiza de manera objetiva en la interacción de éste con las sociedades y pueblos a los que se pertenece.
Por lo dicho; todos los pueblos son libres y la construcción de sus propios pensamientos, de sus distintas y particulares formas de vida y de culturas en las cuales se expresen sus maneras de entender, vivir y trascender; son ejercicios legítimos de esa libertad
Las proposiciones antes descritas se hacen prácticas y permanentes observando la parte del Derecho que esta ética contiene y que se define a continuación:
El Derecho.El derecho que cada persona tiene de trascender camina de manera inversa a la libertad, se sustenta en la trascendencia absoluta de toda la humanidad y todos los pueblos y llega al individuo. Esta lógica se establece por la propia definición de la trascendencia subjetiva a nivel individual que se realiza de manera eficiente a través de los pueblos y éstos llegan a su más alto nivel por la trascendencia absoluta, de la humanidad y todos sus pueblos.
Este derecho se rige por las siguientes leyes:
1.-) Cada uno de los pueblos y todos ellos en su conjunto, tienen derecho a la trascendencia, a su propia trascendencia, de la manera en que cada pueblo quiera construirla. Respetan cualquier forma de construcción de su trascendencia, de la misma forma que respetan la trascendencia y su forma de construcción de los otros pueblos. Este respeto de forma imperativa que se fundamenta en la libertad y la naturaleza de los actos, es el que garantiza la trascendencia humana absoluta y por ende la trascendencia de cada pueblo y cada uno de sus individuos.
2.-) Todo individuo tiene derecho a trascender en su ser y lo hace a través de sus grupos y su pueblo. Para ejecutar su derecho de trascendencia, el individuo es dueño de su libertad y respeta la naturaleza de los actos porque potencia su propia trascendencia.
Quedan por definir, desde la óptica de La Trascendencia Humana, su relación con algunos paradigmas que han sido parte de la historia de la filosofía, y permanecen vigentes en la actualidad. Éstos se presentan a continuación a manera de corolarios.
Corolarios
Sobre la Actualidad
La historia de la filosofía desde Platón a la Edad Moderna, más allá de los conceptos, nos enseña el camino a través del cual se ha construido el mundo en que vivimos. Cuando llegamos a la actualidad, las noticias de todos los días nos ponen en evidencia cuales son los temas que preocupan al hombre de hoy. Estos temas se relacionan con: medioambiente, calentamiento global- tecnología- pobreza- comunicaciones- marginalidad de pueblos enteros- guerras que se quieren justificar a través de conflictos políticos religiosos y étnicos- hambre y desocupación,-temas relacionados a la medicina como la genética y todo lo que refiere a la mente y el cerebro- lenguas que desaparecen llevando muchas veces tras de sí a pueblos y culturas.
La ética de la trascendencia reconoce la historia y sobre ella pone los ojos en el futuro, se fundamenta y se orienta a la humanidad en el tiempo: pasado, presente y futuro.
De la naturaleza
La Ética de La Trascendencia Humana, vincula definitivamente al hombre con la naturaleza. La relación entre éstos debe ser equilibrada de manera obligatoria. Los pueblos requieren un ambiente favorable para vivir y para trascender y ese ambiente nos ofrece la naturaleza.
Por otro lado proposición referente a la naturaleza de los actos comprende en sí misma el cuidado prolijo y la protección de la naturaleza, en relación directa a la Trascendencia Humana.
El espíritu humano evolucionando hacia la trascendencia, podrá estar en mejores condiciones de conocer y entender a la naturaleza y aproximarse de mejor manera al origen del universo.
Original pero muy metafísica
ResponderEliminarInteresante texto, para iniciar una investigación. Habría que repensar muchos de los términos: trascendencia, libertad, derecho. Admiro la voluntad de hacer una lectura prescriptita, más que descriptiva, de la ética, pero hay que advertir del peligro de tal tarea. Y, esto como mero consejo, valdría la pena leer planteamientos platónicos, aristotélicos, spinosistas, etc., desde el punto de vista de otros autores contemporáneos que te podrían ayudar a comprenderlos. Piensa en Agamben, Badiou, Deleuze. Sí, vale la pena pensar en Rorty, pero él no sale de la nada: habría que leer a Habermas, etc. Bien por la iniciativa, y espero que sigas desarrollando con ahínco la investigación que empiezas. No olvides que repetir modelos es bueno siempre y cuando no eliminen tu propia voz. Y, que esto quede en el aire, fíjate en la inmanencia como verdadera consecuencia teórica, y no en la trascendencia que siempre involucra un poder absolutista.
ResponderEliminarUna muy elaborada búsqueda de soportes para apoyar una tesis sobre la trscendencia individual, colectiva y humana. Lo trascendente es el propósito más elevado del hombre y tiene que ver con su actitud y acciones éticas que lo lleven a la superación como individuo y como especie.
ResponderEliminarSería muy útil llevar este estudio al caso concreto ecuatoriano tanto de los individuos como de los pueblos y de la nación en su conjunto.
Además con sus propias ideas y palabras debería responder a preguntas retóricas como: ¿Qué somos?, ¿Porqué estamos aquí? ¿Para qué estamos sobre la tierra?, ¿Qué nos condiciona o rige? ¿Somos buenos por naturaleza o nos vemos impelidos por el temor al castigo o por la búsqueda de recompensa? ¿Somos seres éticos y justos debido a las normas sociales o por una ley trascendente, íntima, interior? ¿Qué es el deber y qué el derecho? ¿Qué es la política y cuales son los deberes de los individuos frente a la nación? ¿Qué es la democracia y qué la dictadura?
Muy cordialmente
José Villamil
Hay dos cosas que nunca he llegado a entender: primero, la Filosofía y, segundo, quiénes son los filósofos. A pesar de esto admiro la capacidad de pensar, repensar, conversar,concluir, escribir y compartir sobre temas que, de tan trascendentes para los seres humanos, terminan siendo incomprendidos en su real dimensión y, muchas veces se convierten en irrelevantes frente a la cruda cotidianidad que vivimos.
ResponderEliminarPor eso muchas veces me surge la duda de si realmente la Filosofía nos da respuestas y explicaciones sobre nuestra vida o nos muestra una salida práctica al atolladero en que casi a diario nos encontramos. O será que simplemente la Filosofía está en manos de unos pocos iluminados que todavía no encuentran las palabras para decirnos en qué consiste la vida. Y lo más interesante es que a pesar de que no entendemos, vivimos.
Y más aún, es realmente importante filosofar por horas cuando fuera de las ideas hay una realidad que nos espera y no se detiene?
Una amiga de la Filosofía
Interesantísimo...estoy haciendo una investigación sobre el sentido de la trascendencia y este texto ha sido de gran ayuda
ResponderEliminarMuy interesante gracias
ResponderEliminarla verdad te pasaste!!!!! no tengo otras palabras! así nomás!
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