viernes, 9 de mayo de 2008

Contingencia, ironía y solidaridad: Resumen

Contingencia, ironía y solidaridad
de Richard Rorty

Resumen y notas adicionales
Felipe Ponce C.
08/01/08

Introducción
Párrafos claves

Este libro intenta mostrar el aspecto que cobran las cosas si excluimos la exigencia de una teoría que unifique lo público y lo privado y nos contentamos con tratar las exigencias entre creación de sí mismo y de solidaridad humana como igualmente válidas, aunque definitivamente inconmensurables. Traza la figura de lo que yo llamo ironista liberal.

Tomo mi definición de Judith Shklar, quién dice que los liberales son personas que piensan que los actos de crueldad son lo peor que se puede hacer. Empleo el término “ironista” para designar a esas personas que reconocen la contingencia de sus creencias y de sus deseos fundamentales: personas lo bastante historicistas y nominalistas para haber abandonado la idea de que esas creencias y esos deseos fundamentales remiten a algo más allá del tiempo y del azar.

Los ironistas liberales son personas que entre esos deseos imposibles de fundamentar incluyen sus propias esperanzas de que el sufrimiento ha de disminuir, que la humillación de seres humanos por otros seres humanos ha de cesar.

Uno de mis propósitos en este libro es sugerir la posibilidad de una utopía liberal: una utopía en la cuál el ironismo, en el sentido pertinente del término, sea universal. Una cultura postmetafísica no me parece más imposible que una cultura postreligiosa, e igualmente deseable.

En mi utopía……. “No se la ha de alcanzar por medio de la investigación, sino por medio de la imaginación, por medio de la capacidad imaginativa de ver a los extraños como compañeros en el sufrimiento. La solidaridad no se descubre, sino, se crea, por medio de la reflexión. Se crea incrementando nuestra sensibilidad a los detalles particulares del dolor y de la humillación de seres humanos distintos, desconocidos para nosotros. Una sensibilidad incrementada hace más difícil marginar a personas distintas a nosotros.

Este proceso de llegar a concebir a los demás seres humanos como “uno de nosotros”, no es tarea de una teoría, sino de géneros tales como la etnografía, el informe periodístico, los libros de historietas, el drama documental, y especialmente la novela…….Esa es la razón por la cuál la novela, el cine y la televisión poco a poco, pero ininterrumpidamente, han ido reemplazando al sermón y al tratado como los principales vehículos de cambio y de progreso moral.

En mi utopía ese reconocimiento esa sustitución sería objeto de reconocimiento del que aún carece. Ese reconocimiento sería parte de un giro global en contra de la teoría y hacia la narrativa. …..Ese giro equivaldría a un reconocimiento de lo que llamo “la contingencia del lenguaje”: el hecho de que no hay forma de salirse de los diversos léxicos que hemos empleado, y hallar un meta léxico que de algún modo de cuenta de todos los léxicos posibles, de todas las formas posibles de juzgar y de sentir.

…. Y lo que es más importante, consideraría la realización de utopías y la elaboración de utopías ulteriores, como un proceso sin término, como realización incesante hacia la libertad, y no a la convergencia hacia una Verdad ya existente.



Primera Parte
Contingencia

Capítulo Uno
La Contingencia del Lenguaje

Para entender mejor este primer capítulo, separemos por una lado, el análisis de Rorty sobre los últimos doscientos años de historia de la filosofía vista desde la óptica del lenguaje y por otro, su enfoque a la filosofía del lenguaje y cuyo referente es Donald Davidson.

Sobre la Historia de la Filosofía

La revolución francesa demostró que la totalidad de léxicos de las relaciones sociales y la totalidad del espectro e las instituciones sociales, podían modificarse de la noche a la mañana. En ese tiempo, en el cual la imaginación de Europa se adueña de la idea de que la verdad es algo que se construye en vez de algo que se halla y en ese terreno los utopistas políticos fueron regla más que excepción dentro de los intelectuales, sueñan con la idea de crear una sociedad hasta entonces desconocida, dejando a un lado cuestiones referentes a la voluntad de Dios y a la naturaleza del hombre.

Paralelamente los románticos reclaman para el arte, el lugar que tradicionalmente en la cultura había ocupado la religión y la filosofía, el lugar que la ilustración había reclamado para la ciencia.

Ahora esas dos tendencias han aunado esfuerzos y han alcanzado la hegemonía cultural.

Para los intelectuales contemporáneos muchas de las cuestiones sobre las cuales actualmente se debate referente a: fines frente a medios, el sentido de la propia vida y la comunidad; entran en el terreno o del arte o de la política, o de las dos; donde la filosofía, la religión y la ciencia quedan fuera.

Este desarrollo ha conducido a una escisión dentro de la filosofía: unos filósofos son fieles a la ilustración y su ciencia; y ven a la lucha entre ciencia y religión o razón o sin razón, completamente vigente; y otros o todas aquellas fuerzas que dentro de la cultura conciben la verdad como una cosa que se encuentra más que una cosa que se halle. Estos últimos filósofos, alineados con los utopistas políticos y con los artistas innovadores, consideran que la ciencia no es más que un sirviente de la tecnología que no nos enseña ninguna lección moral.

El idealismo alemán y particularmente Kant y Hegel, al rechazar la idea de que la verdad está “ahí afuera”, se quedaron a mitad de camino. Querían ver la ciencia empírica como un mundo hecho y la materia como algo construido por la mente.
Entendieron la mente, el espíritu, las profundidades del yo humano, como cosa que poseía la naturaleza intrínseca; una naturaleza que podía ser conocida por medio de una superciencia no empírica denominada filosofía. Ello quería decir que sólo la mitad de la verdad, la mitad inferior, científica, era una verdad hecha. La verdad más elevada, la verdad referente a la mente, el ámbito de la filosofía, era aún un objeto de descubrimiento y no de creación.

Ellos no fueron capaces de concebir la inexistencia de una naturaleza intrínseca tanto para la mente como para la materia-

Luego Rorty va a continuar esta discusión en donde las posiciones filosóficas anteriormente enunciadas, se amplían siendo su herramienta de análisis los léxicos utilizados. El siguiente párrafo permite concretar la discusión:

Puedo resumir esto reformulando lo que, a mi modo de ver, llegaron a ver hace dos siglos los revolucionarios y los poetas. Lo que se vislumbraba al final del siglo XVIII era la posibilidad de hacer que cualquier cosa pareciese buena o mala, importante o insignificante, útil o inútil, redescribiéndola. Aquello que Hegel describe como proceso del espíritu que gradualmente se vuelve conciente de su naturaleza intrínseca, puede ser descrito más adecuadamente como el proceso por el cual las prácticas lingüísticas europeas cambian a una velocidad cada vez mayor. El fenómeno que describe Hegel es el de un número cada vez mayor de personas que ofrecen redescripciones más radicales de un mayor número de cosas que antes; el de personas jóvenes que atraviesan media docena de cambios en su configuración espiritual antes de alcanzar la adultez. Lo que los románticos expresaban al afirmar que la imaginación, y no la razón, es la facultad humana fundamental, era el descubrimiento de que el principal instrumento de cambio cultural es el talento de hablar de forma diferente más que el talento de argumentar bien. Lo que los utopistas políticos han percibido desde la Revolución Francesa no es que una naturaleza humana subyacente y perenne hubiese estado anulada o reprimida por instituciones sociales “innaturales” o “irracionales”, sino que el cambio de lenguajes y de otras prácticas sociales puede producir seres humanos de una especie que antes nunca hayan existido. Los idealistas alemanes, los revolucionarios franceses y los poetas románticos tenían en común la oscura percepción de que seres humanos cuyo lenguaje cambió de forma tal que ya no hablaban de sí mismos como sujetos a poderes no humanos, se convertían con ello en un nuevo tipo de seres humanos.

Luego de este resumen hay tres párrafos que amplían el pensamiento de Rorty y son los siguientes:

La dificultad que afronta un filósofo que, como yo, simpatiza con esa idea; y que se concibe a si mismo asistente del poeta antes que del físico, es evitar la insinuación de que aquella idea capta algo que es correcto, que una filosofía como la mía corresponde a la forma de ser realmente de las cosas.

…... Raramente una filosofía interesante consiste en el examen de los pros y los contras de una tesis. Por lo común es implícita o explícitamente una disputa entre un léxico establecido que se ha convertido en un estorbo y un léxico nuevo y a medio formar que vagamente promete grandes cosas.

Este último “método” de la filosofía es igual al “método” de la política utópica o de la ciencia revolucionaria (como opuestas a la política parlamentaria o a la ciencia normal). El método consiste en volver a describir muchas cosas de una manera nueva hasta que se logra crear una pauta de cultura lingüística que la generación en ciernes se sienta tentada a adoptar, haciéndoles así buscar nuevas formas de conducta no lingüística: por ejemplo, la adopción de un nuevo equipamiento científico o de nuevas instituciones sociales….

Sobre el Lenguaje

De acuerdo con mis propios preceptos, no he de ofrecer argumentos en contra del léxico que me propongo sustituir. En lugar de ello intentaré hacer que el léxico que prefiero se presente atractivo, mostrando el modo en que se puede emplear para describir diversos temas. Más específicamente, en este capítulo describiré la obra de Doblad Davidson en el terreno de la filosofía del lenguaje como la manifestación de una buena disposición para excluir la idea de una “naturaleza intrínseca”, una buena disposición para hacer frente a la contingencia del lenguaje que empleamos.

En los capítulos posteriores intentaré mostrar el modo en que le reconocimiento de esta contingencia nos lleva a reconocer la contingencia de la conciencia, y el modo en que ambos reconocimientos nos conducen a una imagen del progreso moral e intelectual como historia de metáforas cada vez más útiles antes que como una comprensión cada vez mayor de cómo son las cosas realmente.

Comienzo, en este primer capítulo, con la filosofía del lenguaje porque deseo examinar las consecuencias de mi afirmación de que solo las proposiciones pueden ser verdaderas, y de que los seres humanos hacen las verdades al hacer los lenguajes en los cuales se formulan las proposiciones. Me centraré en la obra de Davidson porque es el filósofo que más a hecho por explotar esas consecuencias. El tratamiento que Davison hace de la verdad se enlaza con el tratamiento del aprendizaje, que rompe completamente con la noción del lenguaje como algo que puede mantener una relación de adecuación o de inadecuación con el mundo o con el yo. Porque Davison rompe la noción de que el lenguaje es un medio: un medio o de expresión o representación.

Aquí se presenta una discusión sobre el ser humano su yo, sus creencias y deseos, el racionalismo como relación entre la realidad y la razón. La imagen del sujeto y del objeto. Sobre esta discusión, un párrafo, que resume la misma es el siguiente:

En esa imagen tradicional del sujeto y del objeto, imagen que el idealismo intentó, sin éxito sustituir y que Nietzsche, Derrida, James, Dewe, Goodman, Sellers, Putman, Davidson y otros han intentado sustituir sin enredarse en las paradojas de los idealistas.

Una fase de este esfuerzo de sustitución consistió en el intento de colocar “lenguaje” en lugar de “mente” o de “conciencia”, como medio a partir del cual se construyen las creencias y los deseos, como tercer elemento mediador entre yo y el mundo. Se pensó que este giro en dirección del lenguaje constituía un paso progresivo de adaptación. Se creyó que era así porque parecía más fácil dar una explica causal de la emergencia, en el marco de la evolución, que dar una explicación metafísica de la emergencia de la consciencia a partir de lo no conciente. Pero en si misma esa sustitución es ineficaz. Porque si persistimos en la imagen del lenguaje como un medio, como algo que está entre el yo y la realidad no humana, con la que el yo procura estar en contacto, no habremos hecho progreso alguno….

Otro párrafo importante:

Necesitamos librarnos de ese proceso pendular. Davidson nos ayuda a hacerlo. Pues él, precisamente, no concibe el lenguaje como un medio de expresión o representación. Por eso deja a un lado la idea que tanto el yo como la realidad posean una naturaleza intrínseca, una naturaleza que esté ahí afuera a la espera de que se la conozca. La concepción del lenguaje sostenida por Davidson no es ni reduccionista ni expansionista….

¿Qué es el lenguaje?

“Davidson nos permite descubrir la historia del lenguaje y por lo tanto la historia de un arrecife de coral, las viejas metáforas se están desvaneciendo constantemente en la literalidad para pasar a servir de base y contraste de metáforas nuevas. Esta analogía nos permite concebir a “nuestro lenguaje”, esto es el de la ciencia y la cultura de Europa del siglo XX, como algo que cobró forma a raíz de meras contingencias. Nuestra lenguaje y nuestra cultura no son sino una contingencia, resultado de miles de pequeñas mutaciones que hallaron un casillero (mientras muchísimas otras no hallaron
ninguno), tal como son las orquídeas y los antropoides”.

En esta parte Rorty plantea sus argumentos basados en distintos autores que estudian el problema del lenguaje, siempre manteniendo como “el referente” del análisis a Donald Davidson.

Una vez que tenemos claro la idea que Davidson tiene sobre el lenguaje vale incluir el pensamiento de Rorty sobre el tema:

De acuerdo con la concepción que estoy proponiendo, la afirmación de que una doctrina filosófica “adecuada”, debe contemplar también nuestras instituciones, es una consigna reaccionaria, una consigna que supone una petición de principio. Porque para mi concepción es esencial que no tengamos una conciencia prelingüística a la que el lenguaje deba adecuarse, que no hay una percepción profunda de cómo son las cosas, percepción que sea tarea de los filósofos llevar al lenguaje. Lo que se describe como una conciencia, es una disposición de venerar el lenguaje de nuestros ancestros, a venerar los cadáveres de unas metáforas….

Continuará

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola que tal en mi Universidad estamos revisando este texto de Richard Rorty, qusiera que pudiera subir el resumen completo de "Contingencia, ironía y solidaridad", para poder guiarme un poco sobre este texto.
Gracias

Maestría en Filosofía – PUCE dijo...

Deja tu correo y te estaré enviando.

Anónimo dijo...

Hola quisiera si pudiera ser, un análisis más detallado acerca del capítulo tres ``la contingencia de una comunidad liberal´´mi correo es tkm2sl@yahoo.com. Gracias de antemano me parece muy interesante y dado que es usted especialista en la filosofía me serviría de gran ayuda.

Anónimo dijo...

hola yo tambien quiero el resumen del capitulo 3... ¿por qué no lo publicas?? igualmente si lo tenes y me lo podes enviar mi mail es
supercalifragilisticanna@hotmail.com te lo agadeceria mucho un saludo

Alex Choquemamani dijo...

yo también me sumo al pedido del resumen, capitulo 3. wchoquemamani@hotmail.com
Gracias

Anónimo dijo...

hola me gustaria tambien el capitulo 3 gracias,,, marta_gizmo@hotmail.com

Anónimo dijo...

Hola, me parece interesante que se hagan cosas así, sobretodo para ayudar a entender este tipo de textos que da gusto leer pero que son desde mi punto de vista difíciles de resumir o explicar. Me gustaría si dispones de ello, que me mandaras el resto de capítulos. Ya que al igual que algunas personas que han comentado, me encuentro en este momento trabajando este texto en clase.
te dejo mi email verokina_crazy@hotmail.com

Anónimo dijo...

En la escuela me mencionan que en el texto Rorty menciona 3 formas de entender la filosofia, solo he encontrado 2, a tu entender cuantas maneras se mencionan y cuales son? Agradeceria tu respuesta a patricio.sanchez11@hotmail.com