lunes, 28 de julio de 2008

Las Ilusiones de la Modernidad (Bolívar Echeverría).

Por: Alfredo Calderón Serrano
Al Inicio este libro, plantea lo singular del año de 1989 (al igual que el año de 1789, la toma de la Bastilla) que marca un final y un comienzo con la caída del Muro de Berlín. Se pregunta si es el final del socialismo y un triunfo del capitalismo, a lo que contesta que la teoría socialista se encuentra vigente cuando ésta se presenta como un conjunto de negaciones del estado de cosas organizado por el “capitalismo”.

Por otro lado, para Echeverría, la identidad, si es que existe, lo hace bajo el modo de evanescencia, de un condensarse o esfumarse, de aquello que al perderse se gana o al ganarse se pierde. Por lo que la historia de las muchas “humanidades” ha sido la historia de un “mestizaje cultural permanente” Esta identidad ha sido verdadera cuando se la ha puesto en peligro entregándose en un diálogo con otras identidades (muchas veces entre vencedores y vencidos). No se debe hablar de identidad sino más bien de un “estado de código”. En definitiva no existe identidad, elimina de una forma clara el “mito del culturalismo”.

De acuerdo a Echevería, las actuales “reglas de juego” en la que el trabajador se encuentra en “inferioridad social” (en lo económico, socios de una empresa de acumulación de capitales) y en una “igualdad social” (en lo político). Para Echeverría estas son relaciones violentas bajo un signo de armonía. Esta afirmación en mi opinión es real, más si pongo como ejemplo las afirmaciones en un artículo escrito por Abelardo Pachano hace algún tiempo, en la que plantea que los empleados de hoy en día son “socios estratégicos” que están en igualdad de condiciones con los accionistas en una empresa, es decir negocian en igualdad de condiciones armónicamente. En mi opinión, ¿como puede ser armónico si los unos son dueños de los recursos?.

Lo que percibí de esta obra es que está escrita por un socialista para personas con pensamiento socialista, haciéndoles notar que no es el fin de estas ideas, que están vigentes, que existe una situación de “transición”, que “ha crecido” o se está “reacomodando” por la insuficiencia o caducidad de algunos de sus rasgos y el aparecimiento de rasgos nuevos, desconocidos anteriormente. Por ejemplo, una teoría de la revolución que parta del concepto marxiano de “enajenación” está aún por hacerse y esta no puede ser pensada como el resultado de un acto de expropiación de un objeto o una cualidad perteneciente a un sujeto. No entendí realmente esta “enajenación” que plantea.
De estas aseveraciones me vinieron las siguientes preguntas: ¿Es que realmente existen dos modelos o sistemas: Capitalismo y Socialismo?, ¿izquierda y derecha?, ¿son realmente el uno la negación del otro?, es decir ¿si una persona critica el capitalismo, entonces es socialista o si critica al socialismo por lo tanto es capitalista?. ¿Es posible encontrar un sistema o modelo solidario sin perder la libertad individual?.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante, Capitalismo vs Socialismo, en el primero prima la libertad y en el segundo prima la solidaridad. Con que nos quedamos? Es posible obligar a ser solidarios?

Saludos